sábado, 25 de mayo de 2013

El exterminador de la carretera (1983)



Dirección: Giuliano Carnimeo

Género: Acción/Postapocalíptica

Duración:83  min

País: Italia/España.

Año: 1983



Saquen sus propias conclusiones...

El mundo alucinó con Mad Max, salvajes de autopista de George Miller (1979) y más aún con Mad Max 2, el guerrero de la carretera del mismo director (1981).
Así que pronto aparecerían subproductos más o menos infames copiando descaradamente la fórmula de coches desvencijados que atraviesan polvorientos páramos en busca de un determinado objetivo.
En esta película, el objetivo es el agua (no se rompieron mucho la cabeza los guionistas, no señor).
¿Os he dicho que se trata de "película con niño"? Pues ya os lo digo: se trata de película con niño en torno al cual gira la trama, un niño muy especial, aunque parece normal, no lo es. Pero vamos por partes.

También conocida en Éspaña  como Exterminadores del año 3000, pasó por los cines gozando de cierto éxito y es que los trompazos con los coches no están nada mal, no es que sean especialmente espectaculares, pero cumplen su objetivo.
Los coches... para que la cosa no cantase mucho, se dispusieron modelos desconocidos en nuestro país aderezados con una buena dosis de chapas soldadas, al menos en eso no se le puede negar que es lo que cualquier loco chapuzas haría a su coche si se desatara el fin de la humanidad tal y como la conocemos y se lanzara al desierto en busca de su propia muerte, si es que no la había encontrado ya con el advinimiento de la hecatombe.
Los vehículos pesados como camiones cisterna y cabezas tractoras son muy conocidos por los que ya tengan unos añitos y es que es una verdadera gozada ver a todo un Pegaso 1063 (cabezón) repartiendo leña al más puro estilo Mad Max, un Pegaso 2189 que queda atrancado en unas dunas o todo un Barreiros Azor en el tramo final de la película.

Rodada en Almería, en una de las escenas se pueden ver los lavaderos de mineral de Rodalquilar, supuso una de las últimas películas de la carrera como director de Giuliano Carnimeo, acostumbrado a varios spaghetti western y comedias, quien adoptó para la ocasión el apodo de Jules Harrison y así la cosa parecía más americana...

Rober Iannucci da vida al Alien, el alter ego de Max, un tio que es malo, no es bueno, no es malo...bueno, no sé...a ratos es bueno y a ratos le da la neura y saca su vena egoísta, pero al final hace lo que es debido y salva la situación, tal y como disponía el guión y supongo que el contrato. Sólo conozco otra película de él: Los locos del bisturí (1982).
Fernado Bilbao interpreta a Carzy Bull, una fotocopia del motero malo de Mad Max 2 y Alicia Moro, a la que podemos recordar por Al filo del hacha (id. José Ramón Larraz, 1988) y Slugs, muerte viscosa (id. Juan Piquer Simón, 1988), es la chica... fabulosa, felina y guapísima como siempre.
La música corre a cargo de Detto Mariano y aunque suena casposa y salida de otro tiempo, he de reconocer que goza de cierto encanto.

Las primeras escenas nos muestran la grandeza de las tierras Almerienses surcadas por un vehículo policial, o lo que queda de él, con dos indivíduos ataviados como tales. Uno de ellos lleva un casco puesto y su respiración recuerda a alguien malo de una galaxia muy muy lejana, el otro unas gafas de sol con un solo cristal, quiero pensar que es porque está tuerto.
Total, que se topan con Alien y su exterminador y terminan con sus huesos en tierra. Si alguien se preguntaba que por qué ese poli no se quitaba el casco, se disiparán sus dudas cuando vea que al salir disparado en el trompazo que pega, se da en la cabeza contra una piedra... Igual sabía lo que iba a pasar porque se había leído el guión...

El resto es leñazos van y leñazos vienen, persecuciones, explosiones de maquetas bien definidas y en definitiva bastante más acción de la que en el primer momento cabría esperar.
Por cierto, que agua no habrá mucha, pero cerveza en lata sí hay y gasolina parece no faltar...

El que se acerque a rememorar esta vieja gloria del cine patrio, porque lo es, en su justa medida así es, no crea que se aburrirá. Sabiendo lo que le espera y siendo muy poco exigente, se encontrará con una rareza como pocas dentro del cine español de principios de los ochenta.
Un último apunte... el final de Crazy Bull es muy parecido al del malo de una película de coches australiana de la que ya hemos hablado...

Recuerdo que la vi hace muchísimos años y "flipé", pero de verdad. Para mí, en aquel entonces no existía ni Mad Max ni nada y esto era un peliculón porque salían los camiones que yo veía por la calle y había persecuciones, explosiones y un chulaco de turno con el pelo a lo Michael Knight.
Quiero aclarar que aunque me he tomado este artículo con algo más de sentido del humor, la película entretiene con creces, a pesar de sus fallos, a pesar de sus años y a pesar de todo. No la he encontrado en dvd, así que el que la quiera tener original, deberá buscarla en VHS, que es lo que yo hice para poder rememorar una de las películas de mi infancia que recuerdo con más cariño.

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