Mis primeros recuerdos de una sala de cine se remontan al año 1978, cuando en uno de mi barrio estrenaron Superman.
La cola era inmensa y mi padre y yo tuvimos que esperar un buen rato para entrar.
Lo primero que recuerdo al traspasar aquella puerta de color azul oscuro fue la impresión que me causó ver tanta gente sentada en las butacas azules... la tremenda pantalla...las paredes enmoquetadas.
No había butacas numeradas como hoy y cada uno se sentaba donde podía.
Cuando las luces se apagaron, el corazón casi se me escapa por la boca en una mezcla de miedo, ilusión y ansia por ver qué saldría de aquella pantalla. Recuerdo las letras que volaban al rítmo de una banda sonora que me encantó.
Mi siguiente recuerdo de una gran pantalla se centra en las sillas de metal de un cine de verano de un año indeterminado en mi memoria. En aquella ocasión, proyectaban El Cid. Recuerdo que la proyección se cortó una y otra vez y ante tal situación unida a la ampulosidad del metraje, mi padre me cogió de la mano y nos fuimos a casa.
A dicho cine de verano acudimos una vez y otra y recuerdo películas tan dispares como Tiburón, Tintorera, Tarzán y su hijo, Tentáculos, La bestia bajo el asfalto y un largo etcétera en el que primaban las series B de finales de los 70 y principios de los 80.
Recuerdo la cartelería tan impactante, dibujada en su gran mayoría.
Así que puede que este sea el origen de mi afición por el género de terror, ciencia ficción y fantástico.
Nuestra finalidad es ofrecer comentarios sobre diferentes films, ya sean actuales o no y siempre desde el máximo respeto que sentimos hacia un arte maravilloso y especial como este, porque, aunque las salas de mi ciudad ya no sean tan enormes, aunque las películas ya no sean mas que refritos una y otra vez o interminables sagas que con la primera de ellas hubiera bastado, aunque ya no cueste cinco duros entrar al mismo cine de verano en el que vi Tiburón... pues a pesar de todo eso, los que amamos el cine, los que lo amamos de verdad, aún sentimos en el interior de nuestra alma esa ilusión cada vez que traspasamos las cortinas de la puerta que da acceso a la sala, ilusión que nos hace meternos de lleno en la película, dejar nuestra realidad fuera y penetrar en mundos desconocidos, en otras "realidades".
Porque da igual si la película es mala o buena si cumple con el fin para el que está creada: entretener.
Y como no sólo de cine vive el hombre, iremos incluyendo además, toda suerte de elementos que hagan de este blog un lugar agradable al que acudir.
Así que sed bienvenidos a nuestro pequeño rincón.
Silencio... se apaga la luz... va a empezar la película... Shhh...
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